martes, 11 de junio de 2019


LA RELACIÓN DEL SER HUMANO CON LA NATURALEZA
Relación del hombre en la naturaleza El hombre es un ser vivo y, como tal, forma parte de la Naturaleza. El hombre es un ser natural, cuya naturaleza específica consiste en la racionalidad, en poseer una inteligencia y una voluntad libre. Dicha naturaleza humana es universal y lo coloca en una situación privilegiada ya que, a diferencia del resto de los seres naturales, su comportamiento no está determinado por los instintos y necesidades naturales sino que, gracias a su voluntad libre, incluso puede obrar en oposición a los mismos (sacrificio de la propia vida, huelga de hambre...).












El hombre siempre ha intentado conocer la Naturaleza, ya que de ello dependía su supervivencia. El conocimiento del marco natural, así como su transformación y aprovechamiento motivó e impulsó el conocimiento científico y la técnica. Gracias a su inteligencia, el hombre ha sabido adaptar la realidad a sus propias necesidades, ha sido capaz de utilizar la naturaleza y perfeccionarla acomodándola al modo de ser y necesidades humanas.














El hombre no se ha conformado con recolectar los frutos que la naturaleza le ofrece, sino que aprendió a sembrar y cosechar: primero manualmente, luego ayudado por animales y finalmente creando máquinas con esa finalidad. Nuestros sistemas de embalse y canalización permiten tener agua corriente en lugares en los que las lluvias son prácticamente inexistentes.



El hombre "usa" la naturaleza para satisfacer sus necesidades, pero también es cierto que, lamentablemente, muchas veces "abusa" de ella y acaba destruyéndola: extinción de especies animales y vegetales, deforestación, contaminación del agua y de la atmósfera.












 Que el hombre no sea un ser natural más, no significa

que sea "dueño de la naturaleza" o que pueda utilizarla de un modo arbitrario o agotar sus recursos indiscriminadamente: el hombre no posee derechos absolutos sobre la naturaleza, sino que debe administrar sus recursos naturales en un marco de respeto hacia la realidad natural en sí misma considerada y hacia las generaciones futuras.


Destruir la naturaleza, no respetar su riqueza, dinamismo y leyes equivale a no respetar al hombre que ha de vivir de ella y en ella. Cuando no tratamos adecuadamente y con benevolencia la naturaleza, tampoco nos estamos comportando nosotros de acuerdo con nuestra naturaleza humana y dignidad.




El hombre por un lado pertenece a la naturaleza y participa de las cosas, a cuyas leyes obedece, por otro lado, el único ser natural dotado de la libertad; la cual consiste justamente en el poder de superar la naturaleza. La libertad humana hace del hombre el ser capaz de luchar contra la naturaleza y vencerla. La libertad humana convierte al hombre en autor de su propia vida y en responsable de ella lo que jamás puede ser un ente meramente natural.


El hombre, porque es libre, necesita hacerse a sí mismo su propia vida. La libertad humana consiste justamente en eso: en que la vida del hombre no viene de antemano hecha por las leyes de la naturaleza, sino que es algo que el hombre mismo, al vivirla, tiene que hacer y resolver en cada instante y con anticipación. Vivir es para el hombre resolver en cada momento lo que va a hacer en el momento siguiente. Al animal no le compete, como viviente, sino ejecutar la melodía ya pre-escrita de su vida. El hombre tiene que pensar primero lo que quiere que su vida sea; tiene que decidir luego serlo tiene que ejecutar esas sus propias resoluciones y previos pensamientos



La relación del hombre con el mundo en la edad antigua y media era armoniosa porque veía en el a su creador. O sea, a Dios. "Veía en la naturaleza un libro abierto para quien sabia leerlo. Ella hablaba inmediatamente de su Dios creador“. El hombre antiguo y medio se sentía parte de la naturaleza. Encontraba su sentido en la complementariedad con los otros seres vivos de la naturaleza y con la naturaleza misma. La naturaleza era un regalo, en la que veía la de un creador.


Se sentía con gran responsabilidad de cuidarla porque a través de ella podía ver y leer a Dios. La relación con la naturaleza nos es de sujeto y objeto, sino de sujeto – sujeto. No hay una dominación de uno sobre el otro. La naturaleza es parte de la vida del hombre, por tanto, viven en una armonía constante. Esta afirmación vemos claramente en al relación del hombre con la naturaleza.


  LOS HOMBRES TIENEN QUE CUIDAR MUY BIEN LA NATURALEZA PUES ÚLTIMAMENTE EN ESTOS AÑOS LA CONTAMINACIÓN VA AUMENTANDO CONSIDERADAMENTE ENTONCES CUIDÉMOSLA QUE ELLAS NECESITAN DE NOSOTROS Y NOSOTROS NECESITAMOS DE ELLAS REFLEXIÓN


LA NATURALEZA ES NUESTRA PERO ESO NO SIGNIFICA QUE DEBEMOS HACER LO QUE NOS PLASCA SIN IMPORTAR NADA, USEMOSLA MODERADAMENTE Y REFORESTANDOLA

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